Bienvenido Mr. Marshall, a esta tierra de esperpentos, donde "Tanto monte, monta tanto" y donde hasta la "pesadumbre" de Garcilaso fue re-calificada por Cervantes.
Lo que en en estas fechas, pero dos años atrás, para algún telediario nacional merecía titularse como "ganan los visigodos", en el verano del 2008 nadie se atreve a repasar la historia y descubrir como "ayudado por su fiel escudero, bajo el ciego sol, la sed y la fatiga, por la terrible estepa castellana (que no por la mancha manchega), beneficiando a media docena de los suyos, –polvo, sudor y hierro–, el Cid cabalga". Si "Cid" viene del árabe sayyid y significa "señor", Bono vino de Albacete a inventar Castilla-La Mancha y le llamamos "Dios", por bonificar lo que toca y alterar su precio en el mercado.
Si Colón pasó a la historia por pacificar a los indios y santificar a los que quedaron vivos, Alfonso VI por imponer su cruz a esos moros bárbaros que hicieron de Toledo el centro mundial de la ciencia y crear el falso mito de convivencia entre las tres culturas, Bono y sus amigos serán recordados como los "bárbaros" que convirtieron la ciudad que dio origen a la actual España, en un suburbio y ciudad dormitorio de Madrid, en el paraíso de los especuladores del ladrillo y el reino de taifas de la política y la justicia, donde todo vale y nadie se atreve a pronunciar el nombre de "Dios", en sentido figurado, por supuesto, puesto que todo el mundo sabe la filosofía monoteísta e imperial de esta ciudad y de cómo hasta El Greco dibujaba la catedral -donde le daba la gana- precisamente para llevar la contraria a los caciques de entonces, parientes lejanos de los de ahora.
Toledo, ciudad cuyo "derecho a la información" está gestionado desde las grandes inmobiliarias que han hecho de Burgos, Guadalajara, Madrid, Marbella... y ahora Toledo, las "ciudades de progreso" que todos conocemos.
El pasado sábado celebrábamos los dos años desde que el presidente Barreda se hizo aquella foto con Zapatero en Moncloa, cuando nos comunicaron que la explosión urbanística de Vega Baja se paralizaba, ante el cabreo de Emiliano García-Page, entonces vicepresidente segundo, que se enteraba "por la prensa", nunca mejor dicho, en una rueda de prensa.
Emiliano García-Page que desde su llegada al Ayuntamiento como "concejal más joven de España" tenía el objetivo, bajo las órdenes del "todopoderoso" Bono, de urbanizar hasta el último rincón que la historia nos brindó y cambiar "prestigio" por "progreso", "Tajo" por "teja", "paisaje" por "paisanaje" y "vega" por "boga", que para algo Bono y Page, capitán y marinero, se confesaban tres o cuatro veces al día, eso si, con la inestimable colaboración del alcalde y aliado, Agustín Conde.
El señor Bono, siempre resentido con la capitalidad de una región inventada y que en la intimidad se refería a ella como "el estigma de Castilla-La Mancha", intentó el asalto con Juan Pedro Hernández Moltó, que anunciaba que lo primero que haría como Alcalde sería "acabar con el toledanismo". Lástima que la poca valentía del actual presidente de Caja Castilla-La Mancha, le hiciera abandonar tras investirse como líder de la oposición el 20 de febrero de 2003.
Alguien se imagina como hubiera sido Toledo con Moltó de alcalde, con Vega Baja II y Circo Romano en propiedad de la CCM, o "empresas de albacete" de cuyo nombre no queremos acordarnos.
Pero para ese caso de emergencia, allí estaba Emiliano García-Page, conocedor de los compromisos, servidumbres y protecciones de las vegas de Toledo, puesto que como concejal de la oposición tuvo muy cerca a Joaquín Sánchez Garrido, quien formalmente recibió de UNESCO en 1986 el encargo de proteger todo lo que hoy está en claro riesgo. Como Consejero de Obras públicas "recalificó" por tanto con pleno conocimiento, para Agustín Conde y para poder servirse a día de hoy, todas y cada una de las áreas que estaban vetadas para uso residencial, industrial, hotelero, etc... Como en alguna ocasión nos ha expresado, "aquellos dibujitos de UNESCO" no pueden impedir el "progreso", de nuevo la palabra favorita de un "progresista" que quiere "tocar un poco más el cielo", según palabras pronunciadas en las últimas fechas.
El par de abogados, bajo el influjo y asesoría suponemos de Aquilino Polaino, Agustín Conde y Emiliano García-Page, a esto se referiría el primero al hablar de comorbilidad (situación de padecer dos o más enfermedades al mismo tiempo), tramaron uno a uno distintos cambios nominales. Primero sería el Plan Especial del Conjunto Histórico (dentro y fuera de murallas), tal y como ha llegado a nuestros días las protecciones derivadas de la declaración por decreto del 9 de marzo de 1940, que pasaría a llamarse "Plan Especial del Casco Histórico", según las palabras de Agustín Conde, que conservamos grabadas, "para invalidar toda protección de murallas para afuera", incoherente con la propia ordenanza del PECHT.
Pero Emiliano García-Page tenía que cumplir, por obediencia debida, su parte del trato y consumar el "pelotazo" de Vega Baja II, recordamos que de la empresa municipal primero, Vega Baja y de la reconvertida como mixta, Toletum Visigodo, sique quedando una "panda de accionistas privados" llamada Cartera Nueva Santa Teresa (CCM, Caja Rural e Iberdrola). Izquierda Unida pedía a principios del mes de septiembre de 2006 una investigación, ya que resultaba escandaloso que se hubieran vendido parcelas privadas del primer sector tan sólo 48 horas antes de que se anunciara la paralización del proyecto urbanístico de "Vega Baja I".
Siguiendo con este "pelotazo" sobre zonas "protegidas" desde el plano paisajístico, arqueológico e histórico, llegó el momento en que el Ministerio de Defensa se comprometía a devolver a Toledo Vega Baja II para un fin cultural, primero brindado desde el Gobierno central y anunciado por José María Barreda, ante el Rey y el Ministro de Cultura, en la gala de premios de la Real Fundación de Toledo, donde el Presidente regional recibiría la medalla de oro por detener la primera parte de la urbanización presuntamente ilegal. Era entonces cuando nos enterábamos que el Alcalde se había reunido "en secreto" con Defensa para proponerles un trato. En lugar de regalarnos estos terrenos "protegidos" podían venderlos para darle un uso "más ciudadano", instalar un Corte Inglés y hacer casas a beneficio de esos pobres huérfanos de la banca y las eléctricas, bonificados históricamente por el todopoderoso.
A Emiliano García-Page le quedaba un fleco aún, y tirando de sus dotes imperiales, contagiadas al haber estado durante tanto tiempo "sirviendo" a la derecha de Dios, por primera vez en toda la era democrática impedía a un colectivo ciudadano y a su representante, a la Plataforma X Toledo, la intervención en un pleno municipal histórico, el del 31 de enero de 2008, donde entre otras cuestiones se pretendía aprobar sin tan siquiera debate, la "irregular segregación" de Vega Baja II en Santa Teresa I y II, confiriendo un uso urbanístico a un área parte del conjunto histórico declarado.
De manera previa a este pleno municipal, existía un acuerdo explícito entre los tres grupos políticos representados y sólo unas declaraciones previas de la Plataforma X Toledo hicieron cambiar el sentido del voto de Izquierda Unida, que en la anterior legislatura se oponía y que ahora parece considerar "un mal menor" el beneficio particular de estos señores.
Es por eso que cuando el pasado 26 de julio, dos años exactos después de que Barreda detuviera el proceso urbanístico de la Vega Baja toledana, nos encontrábamos como portada de un medio local el titular, "El Corte Inglés acepta ubicarse en Santa Teresa junto a la iglesia de San Ildefonso", o sea en Vega Baja, sabíamos que Bono y sus secuaces habían ganado la batalla a los visigodos y a los romanos, el nuevo imperio ya está aquí, ante el silencio de los medios de comunicación, de las autoridades y del poder judicial.
Lo que en en estas fechas, pero dos años atrás, para algún telediario nacional merecía titularse como "ganan los visigodos", en el verano del 2008 nadie se atreve a repasar la historia y descubrir como "ayudado por su fiel escudero, bajo el ciego sol, la sed y la fatiga, por la terrible estepa castellana (que no por la mancha manchega), beneficiando a media docena de los suyos, –polvo, sudor y hierro–, el Cid cabalga". Si "Cid" viene del árabe sayyid y significa "señor", Bono vino de Albacete a inventar Castilla-La Mancha y le llamamos "Dios", por bonificar lo que toca y alterar su precio en el mercado.
Si Colón pasó a la historia por pacificar a los indios y santificar a los que quedaron vivos, Alfonso VI por imponer su cruz a esos moros bárbaros que hicieron de Toledo el centro mundial de la ciencia y crear el falso mito de convivencia entre las tres culturas, Bono y sus amigos serán recordados como los "bárbaros" que convirtieron la ciudad que dio origen a la actual España, en un suburbio y ciudad dormitorio de Madrid, en el paraíso de los especuladores del ladrillo y el reino de taifas de la política y la justicia, donde todo vale y nadie se atreve a pronunciar el nombre de "Dios", en sentido figurado, por supuesto, puesto que todo el mundo sabe la filosofía monoteísta e imperial de esta ciudad y de cómo hasta El Greco dibujaba la catedral -donde le daba la gana- precisamente para llevar la contraria a los caciques de entonces, parientes lejanos de los de ahora.
Toledo, ciudad cuyo "derecho a la información" está gestionado desde las grandes inmobiliarias que han hecho de Burgos, Guadalajara, Madrid, Marbella... y ahora Toledo, las "ciudades de progreso" que todos conocemos.
El pasado sábado celebrábamos los dos años desde que el presidente Barreda se hizo aquella foto con Zapatero en Moncloa, cuando nos comunicaron que la explosión urbanística de Vega Baja se paralizaba, ante el cabreo de Emiliano García-Page, entonces vicepresidente segundo, que se enteraba "por la prensa", nunca mejor dicho, en una rueda de prensa.
Emiliano García-Page que desde su llegada al Ayuntamiento como "concejal más joven de España" tenía el objetivo, bajo las órdenes del "todopoderoso" Bono, de urbanizar hasta el último rincón que la historia nos brindó y cambiar "prestigio" por "progreso", "Tajo" por "teja", "paisaje" por "paisanaje" y "vega" por "boga", que para algo Bono y Page, capitán y marinero, se confesaban tres o cuatro veces al día, eso si, con la inestimable colaboración del alcalde y aliado, Agustín Conde.
El señor Bono, siempre resentido con la capitalidad de una región inventada y que en la intimidad se refería a ella como "el estigma de Castilla-La Mancha", intentó el asalto con Juan Pedro Hernández Moltó, que anunciaba que lo primero que haría como Alcalde sería "acabar con el toledanismo". Lástima que la poca valentía del actual presidente de Caja Castilla-La Mancha, le hiciera abandonar tras investirse como líder de la oposición el 20 de febrero de 2003.
Alguien se imagina como hubiera sido Toledo con Moltó de alcalde, con Vega Baja II y Circo Romano en propiedad de la CCM, o "empresas de albacete" de cuyo nombre no queremos acordarnos.
Pero para ese caso de emergencia, allí estaba Emiliano García-Page, conocedor de los compromisos, servidumbres y protecciones de las vegas de Toledo, puesto que como concejal de la oposición tuvo muy cerca a Joaquín Sánchez Garrido, quien formalmente recibió de UNESCO en 1986 el encargo de proteger todo lo que hoy está en claro riesgo. Como Consejero de Obras públicas "recalificó" por tanto con pleno conocimiento, para Agustín Conde y para poder servirse a día de hoy, todas y cada una de las áreas que estaban vetadas para uso residencial, industrial, hotelero, etc... Como en alguna ocasión nos ha expresado, "aquellos dibujitos de UNESCO" no pueden impedir el "progreso", de nuevo la palabra favorita de un "progresista" que quiere "tocar un poco más el cielo", según palabras pronunciadas en las últimas fechas.
El par de abogados, bajo el influjo y asesoría suponemos de Aquilino Polaino, Agustín Conde y Emiliano García-Page, a esto se referiría el primero al hablar de comorbilidad (situación de padecer dos o más enfermedades al mismo tiempo), tramaron uno a uno distintos cambios nominales. Primero sería el Plan Especial del Conjunto Histórico (dentro y fuera de murallas), tal y como ha llegado a nuestros días las protecciones derivadas de la declaración por decreto del 9 de marzo de 1940, que pasaría a llamarse "Plan Especial del Casco Histórico", según las palabras de Agustín Conde, que conservamos grabadas, "para invalidar toda protección de murallas para afuera", incoherente con la propia ordenanza del PECHT.
Pero Emiliano García-Page tenía que cumplir, por obediencia debida, su parte del trato y consumar el "pelotazo" de Vega Baja II, recordamos que de la empresa municipal primero, Vega Baja y de la reconvertida como mixta, Toletum Visigodo, sique quedando una "panda de accionistas privados" llamada Cartera Nueva Santa Teresa (CCM, Caja Rural e Iberdrola). Izquierda Unida pedía a principios del mes de septiembre de 2006 una investigación, ya que resultaba escandaloso que se hubieran vendido parcelas privadas del primer sector tan sólo 48 horas antes de que se anunciara la paralización del proyecto urbanístico de "Vega Baja I".
Siguiendo con este "pelotazo" sobre zonas "protegidas" desde el plano paisajístico, arqueológico e histórico, llegó el momento en que el Ministerio de Defensa se comprometía a devolver a Toledo Vega Baja II para un fin cultural, primero brindado desde el Gobierno central y anunciado por José María Barreda, ante el Rey y el Ministro de Cultura, en la gala de premios de la Real Fundación de Toledo, donde el Presidente regional recibiría la medalla de oro por detener la primera parte de la urbanización presuntamente ilegal. Era entonces cuando nos enterábamos que el Alcalde se había reunido "en secreto" con Defensa para proponerles un trato. En lugar de regalarnos estos terrenos "protegidos" podían venderlos para darle un uso "más ciudadano", instalar un Corte Inglés y hacer casas a beneficio de esos pobres huérfanos de la banca y las eléctricas, bonificados históricamente por el todopoderoso.
A Emiliano García-Page le quedaba un fleco aún, y tirando de sus dotes imperiales, contagiadas al haber estado durante tanto tiempo "sirviendo" a la derecha de Dios, por primera vez en toda la era democrática impedía a un colectivo ciudadano y a su representante, a la Plataforma X Toledo, la intervención en un pleno municipal histórico, el del 31 de enero de 2008, donde entre otras cuestiones se pretendía aprobar sin tan siquiera debate, la "irregular segregación" de Vega Baja II en Santa Teresa I y II, confiriendo un uso urbanístico a un área parte del conjunto histórico declarado.
De manera previa a este pleno municipal, existía un acuerdo explícito entre los tres grupos políticos representados y sólo unas declaraciones previas de la Plataforma X Toledo hicieron cambiar el sentido del voto de Izquierda Unida, que en la anterior legislatura se oponía y que ahora parece considerar "un mal menor" el beneficio particular de estos señores.
Es por eso que cuando el pasado 26 de julio, dos años exactos después de que Barreda detuviera el proceso urbanístico de la Vega Baja toledana, nos encontrábamos como portada de un medio local el titular, "El Corte Inglés acepta ubicarse en Santa Teresa junto a la iglesia de San Ildefonso", o sea en Vega Baja, sabíamos que Bono y sus secuaces habían ganado la batalla a los visigodos y a los romanos, el nuevo imperio ya está aquí, ante el silencio de los medios de comunicación, de las autoridades y del poder judicial.
2 comentarios:
Quién es el ingenuo que piensa que Barreda fue un "Valiente" al parar Vega Baja, cuando fue llamado a consultas a la Moncloa en 2006. Si recordamos un poco, antes de esta vitita a Madrid, el ICOMOS envió dos informes sobre Vega Baja al Ministerio de Cultura, en el segundo de los cuales se decía que Toledo podría perder el título de Patrimonio de la Humanidad (mejor dicho, que podría perder las condiciones por las que recibió esa denominación). Tras este informe, el cada vez más acorralado por los promotores alcalde Sr. Molina, dijo aquello de que "Toledo seguirá siendo Toledo, con título o no", lo que acabó de calentar los ánimos al personal de UNESCO. La cadena se inicia entonces con un toque desde la UNESCO al Ministerio de Cultura; esta vez, los chicos están enfadados y amenazan a la Ministra con quitarle el título a la ciudad, de verdad (no se lo quitaron a los Budas de Afganistán tras ser dinamitados por los talibanes?). La Ministra, que hasta entonces oye un lejanísimo rumor, tapado por el ruido de los ladrillos, ve que la cosa está seria y decide llamar a Barreda y que se acerque por Madrid, a hablar también con el "presi". Supongo que, pese a las ganancias de todos los socios y bocas agradecidas, el ridículo internacional y destapar uno de los grandes pelotazos del año, le llevan a la Ministra a plantearle a Barreda lo de "o lo paras tú o te lo paro yo". Un Barreda descompuesto sale a la palestra de la siempre tergiversadora prensa y suelta el bombazo en Julio de 2006.Menudo héroe. Pero claro, ahora que hacemos con los socios?.... esto, otro día...
Cierto It's (con los buenos datos que manejas me gustaría saber tu nombre), yo también sé que fue presionado Barreda para paralizar las construcciones en Vega Baja. Y gracias a Justo López
Manuel Tordera Carrasco
http://www.manutcdospuntocero.es
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