viernes, 29 de julio de 2016

¿Abstención o absentismo?

El arte de votar hacia la derecha sin que la izquierda lo entienda o viceversa.
De la misma forma que no entiendo que existan partidos políticos de centro (mediocres), periodistas “de derechas o de izquierdas” como vemos en todas las tertulias, medios generalistas “con tendencia política”, o jueces a las órdenes ni de partidos, poder político de turno, favoreciendo a la corona, a la Iglesia, a empresas o amigos cazadores, no entiendo que pueda existir democracia sólo para una parte de los ciudadanos. Sería muy democrático que a la hora de pedir a los ciudadanos un pronunciamiento a favor o en contra de un determinado asunto, que existiera una obligación de pronunciarse a los mayores de edad y que tuvieran que determinar el sentido positivo o negativo del voto, por muy secreto que fuera el derecho, amparándonos en la tecnología actual. Entiendo que la cuestión de los “no votos” o votos nulos partió de una época en la que no teníamos herramientas para asegurar técnicamente el correcto cumplimiento de ese sano ejercicio de libertad al tiempo que se preservaba el anonimato. Dicho lo anterior, puesto que escucho con asombro la facilidad con la que “nuestros representantes” trapichean con las abstenciones, cuando un votante apuesta por una formación o por otra, lo hace para que apoye o se oponga a unas determinadas políticas, nunca para que “la persona” (si existiera democracia con elección directa) que se te representa se cruce de brazos o se abstenga, que para nada sería cumplir con la encomienda de los ciudadanos y de la democracia. Al menos en la elección de un presidente o gobierno, que marcará las políticas, las leyes y las reglas de convivencia para los próximos cuatro años, no considero lícito que ningún grupo político pueda abstenerse de cumplir con el mandato de los ciudadanos, mientras se critica (todos los partidos) el absentismo laboral.

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