sábado, 18 de octubre de 2014

Nada nuevo bajo el sol. Llueve mierda y quienes la recogen están encantados.

Si consideramos que cuantas más cosas veamos, seremos más sabios, el siglo XXI promete, pues hemos visto desmoronarse en poco tiempo todo lo que se levantó en 2000 años. Hemos conocido los más bajos instintos del ser humano y la decadencia absoluta, ahora nos queda contemplar la llegada de los populismos, herencia de la demagogia ejercida por quienes utilizaron el fin del franquismo para ejercer un nuevo fascismo.
Los políticos españoles, al igual que los del resto del mundo pero quizás con una mayor dosis de avaricia contenida, trataban no sólo de halagar el oído de su audiencia, sino de medrar al tiempo que "democratizaban" las oportunidades bajando los niveles de educación de los hijos de sus administrados.
Llegó la democracia del "todos somos iguales ante la ley" creando 17 cortijos con sus leyes y normas particulares + Ceuta y Melilla. En la práctica, nunca los españoles fueron tan diferentes a la hora de solicitar una beca, una subvención, una ayuda, una pensión o un trabajo, pues dependería del idioma, de la patria (región histórica) de nacimiento y del nivel de riqueza territorial, además de los prejuicios locales; ¿Sería ese el motivo por el que algunos denostaban al pueblo visigodo? ¿La unificación de las Hispanias Romanas dañaría algún interés "legítimo" de los actuales nacionalistas y sería el gran pecado de los visigodos para eliminarles de los textos oficiales? ¿Son las Hispanias Romanas aquellos territorios históricos a los que algunos se aferran para reclamar un trato diferenciado con respecto al resto de ciudadanos?
Ahora, tras perder derechos básicos como la educación, la sanidad, el trabajo, la vivienda, la reunión, la manifestación, la información y la misma opinión (libertad de expresión), las reacciones ciudadanas han conseguido que grupos organizados cercanos a los económicos que nos han llevado a la ruinosa situación de España, patrocinen fanatismos nacidos de la desesperación y del analfabetismo, el paso siguiente al estado del bienestar mal entendido. Nuevas opciones políticas que se parecen mucho a las que llegaron en 1978 y que transformaron a la España franquista en dictadura constitucional y que facilitarán a los apeados la forma de volver a apestarnos.
Si un país no tiene educación y cultura como para aprender del pasado, repetirá una y otra vez los mismos errores.