domingo, 21 de octubre de 2007

Sobre el cambio de nombre de la EMVB

He leído en la prensa que la nueva empresa "municipal" de Vega Baja podría llamarse "Toletum Visigodo". Entiendo que esto debería denominarse como mucho ocurrencia trasnochada y no debe tener base ni debate mínimo suficiente.

A mi me gustaría proponer como nombre "Empresa Municipal de Gestión del Toledo Histórico", para lo cual el primer paso sería también recuperar las acciones de capital privado, pudiendo corregir en cierta medida con el nombre el "error histórico" cometido con premeditación jurídica por Agustín Conde y sentenciado por José Manuel Molina en la denominación del Plan Especial del Casco Histórico y con ello la fulminación de múltiples cigarrales y zonas protegidas de Toledo, ya que como todos deberían saber este plan dimanaba del tratado firmado en 1986 por el Estado y UNESCO para declarar a Toledo ciudad del Patrimonio Mundial. No cometamos más errores de concepto y apostemos por nuestros auténticos valores. No comencemos a hablar del futuro creando incoherencias con nuestro pasado y no obviemos a nuestros ancestros que han hecho posible que seamos lo que somos.

Si Vega Baja era un nombre aceptable en lo físico y por su relación con el padre Tajo, ahora cuando sabemos que esta zona de la ciudad entierra restos romanos, romano-tardíos, visigodos, pre-emirales e islámicos en general y que con Vega Baja se construyó la ciudad sobre las colinas, no podemos limitar el nombre de lo que allí hagamos a un concepto pseudo-cristiano, cuando será el único lugar en el mundo (BIC, parque arqueológico o como queramos llamarlo), desde el que con una sola mirada podamos contemplar restos visibles de toda la historia de la humanidad.

Puesto que suponemos que el Centro de Interpretación de la Cultura Visigoda debería ser cuando menos ambicioso y volviendo a los compromisos de 1986, "no se deben construir instalaciones hoteleras, industriales o residenciales" y la única forma "no disonante" con el paisaje de este cono visual sería un edificio singular, al estilo de los de Santiago Calatrava y opuesto a los cubos de Moneo, recomendaría un concurso internacional de arquitectura con el precepto de dejar huella en el siglo XXI y acompasar a la historia respetando el pasado que esconde el suelo y que pueda ser en si mismo un atractivo futuro de la ciudad de Toledo. De esta forma nadie podría decir que los que queremos conservar la historia nos oponemos al presente y que somos enemigos de la arquitectura y de las artes. Un edificio singular también puede ser por si mismo un atractivo turístico, como la Ciudad de las Artes (Valencia) o el Guggenheim (Bilbao). Lo menos que podemos esperar es que en el jurado de este concurso intervengan políticos, técnicos, artistas y ciudadanos, que puedan aportar criterio para que sea "semilla" y referencia.

Volviendo con el nombrecito aportado por Emiliano García-Page para la nueva empresa de gestión o mejunge instucional, "Toletum visigodo", no lo considero aceptable ni representativo para una entidad con tanto recorrido futuro, menos sin saber si se limitará al espacio Vega Baja o si volverá a jugar con el urbanismo para ventilar asuntos monetarios.

viernes, 19 de octubre de 2007

En el día en que comprendí que todo era mentira

Un dolor intenso en la sien y luego en las mil palabras recibidas. Palpitaciones, ansiedad, y tras una acumulación incontrolada de energía, una razonable sensación de control y aprovechamiento energético, eficiencia o simplemente inspiración por contacto con las entidades que nos rodean.

Lo único cierto es que de todo se aprende y hay que estar agradecido a todos los bien nacidos y a los que lo hicieron de culo, porque con sus acciones, obras y omisiones, con sus imperfecciones, con sus miserias y sus lecciones constituyen y construyen todo lo que nos rodea.

El ser humano, un ser primitivo y muy poco aprovechado es algo así como el experimento de un creador con un software de inteligencia artificial programado para equivocarse. La especie humana es un tumor natural pero que puede servir como banco de pruebas y somos nosotros mismos los que tenemos que evolucionar. La evolución no la regalan con la cesta de navidad, con la entrada para el fútbol, ni con la suscripción al canal plus, para que podamos crecer y evolucionar tenemos que demostrarnos a nosotros mismos que somos de utilidad pública. La naturaleza somos nosotros y nosotros mismos nos seleccionaremos en función de lo útilies que seamos a la humanidad, que también somos nosotros. Somos el Patrimonio de la Humanidad, el primer Bien de Interés Cultural (BIC), pero algunos son simples bolígrafos.