En una sociedad en la que las noticias sólo son importantes si crean "alarma social", cuando los medios afines a intereses políticos y empresariales hablan únicamente de lo que conviene a los intereses de sus dueños, es grato que quienes se pliegan permanentemente a estos intereses te denominen "tremendista", por tu capacidad para destapar noticias que otros no cuentan por respeto y obediencia a quien les paga (mantiene).
Tremendista, cuando te lo llaman con desprecio, se convierte en un alago, puesto que muestra en la otra parte a quien no lo llegará a ser, a pesar de que internamente lo hubiera pretendido.
Si luchar por lo que crees hasta la extenuación puede llegar a denominarse "tremendista", soy feliz de sentir que en su impotencia y falta de fe, otros te consideran tremendista.
Si el ejercicio de la libertad resulta "tremendista", el conformismo, sumisión y dependencia me resulta cuando menos "tremendo", pues denota la incapacidad del ser humano para ejercer su capacidad como "racional", palabra tremendamente significativa para definir tiempos de involución y de usura de pensamiento. Es tremenda e incomprensible la actitud de personas que se esconden bajo las piedras como vulgares reptiles, actuando como parásitos del "sistema" y criticando a quienes lo único que hacen es ejercer la libertad de expresión, de pensamiento y de conciencia, valores inadmisibles para quienes aspiran permanentemente a chupar del bote.
No soy yo quien tengo que analizar los complejos internos de otras personas, pero es inevitable sentirme decepcionado por los que han defendido públicamente unos principios y el tiempo demuestra que lo único que tenían eran finales, por no decir que el fin justifica sus medios, en tiempos en que los medios significan "mediocridad".
Prefiero ser tremendista y libre a mediocre y correcto, pero sobre gustos, los colores.
1 comentario:
Hay personas muy aficionadas al tremendismo mediático, como medio de captación. Yo creo en ello siguiendo unos determinados parámetros. Al fín y al cabo lo que importa es la noticia; su contenido.
Y quienes se escudan en las formas para atacar un argumento es señal de que consideran más impactantes e importantes las formas que el pensamiento, la ideología, EL CAMBIO... Estoy contigo: el tremendismo es bastante más indulgente que el ataque a favor de las "buenas formas".
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